martes, 28 de julio de 2015

Señales

                   Parte del conocer a Dios o caminar con El en la vida cristiana consiste en verle intervenir en nuestra historia. Encontrarlo en el camino y que nos acompañe. Y la manera en que nosotros confirmamos ello es porque nosotros vemos señales de su presencia en nuestra vida.  Pensamos que lo que para muchos es casualidad nosotros lo percibimos como la intervención de Dios hablándonos a través de señales, de sus señales.
                Al encontrarnos en el texto bíblico  con la historia de la alimentación a las cinco mil personas y a Jesús caminando sobre el mar observamos que Jesús esta haciendo señales. ¿Qué me refiero con señales? Me refiero al sentimiento que estaba en el publico observando a Jesús esperando que el sea el Libertador, esperando que el muestre indicios, una acción o muchas quizá. Jesús esta mostrando con las señales de milagros y acciones sobrenaturales quién realmente es.
                El peligro que corremos nosotros al estar atento a sus señales es que interpretamos sus acciones como nosotros las queramos ver y puede que nuestra interpretación se quede muy corta.
                Los que fueron alimentados milagrosamente, interpretaron que tal señal solo tiene que venir del libertador que esperaban con gran expectativa y tomaron la decisión de hacerle rey. Al menos esa era su intención ya que Jesús se apartó de ellos.
                La intención de Jesús al saciar los hambrientos estómagos de los que le seguían y de caminar sobre el agua no era para demostrar su poder.
                Cuando nosotros creemos que Dios/Jesús esta actuando en nuestras vidas, en la vidas de otros para demostrar su poder, su grandeza, su majestad nos convertiremos en buscador de señales y haremos un “dios”, al menos lo intentaremos,  a nuestra manera que satisfaga nuestro apetito por observar milagro, tras milagro, tras milagro.

                Cuando observemos esas señales: provisión diaria, sanidades, paz en medio de problemas, respuestas a nuestras oraciones, etc… debemos reconocer que la razón por la que Dios actúa así de manera extraordinaria es para mostrarnos de su cuidado pastoral hacia nosotros. Ese cuidado pastoral tan lleno de gracia que nos provee: el pan, la compañía en medio de una tormenta y mucho más.

domingo, 26 de julio de 2015

No hay Dios (Salmo 14)

Como todos sabemos, nuestro país ha tenido en estos recientes  años, en estos meses en particular, una serie de levantamientos, ya sea de sindicatos, de minorías que se han organizado, con la finalidad de protestar contra alguna acción de las autoridades que culmino en una injusticia para ciertos grupos de personas o trabajadores.   Los demandas de justicia son: señalar que las reformas afectaran sin piedad alguna los derechos de los trabajadores; las actuaciones de abuso de poder del ejercito y los grupos policiacos,  violando los derechos humanos; y otros asuntos mas…
Si damos un vistazo a la historia de nuestro país y la historia de otros países también, nos daremos cuenta que el desarrollo y los cambios importantes  para avances notables del desarrollo y el bienestar de los ciudadanos ha ocurrido cuando se levanta la voz para denunciar la injusticia.
¿Cómo es que sucede esta injusticia? El salmo 14 nos ofrece una respuesta: “El necio dice: no hay Dios” y por la tanto “no hay quien haga lo bueno”. La razón de tanta injusticia, tanta incorrupción, tanta impunidad es que la sociedad ha expresado en su vida cotidiana que no hay Dios.  
¿Qué significa: “no hay Dios? El Salmo 14 no se esta refiriendo al ateísmo donde se niega la existencia de la Divinidad o divinidades. Sino se refiere a que la sociedad expresa que no hay Dios porque piensa que a Dios poco le interesa lo que pase con la humanidad. Hace la vista gorda a cualquier tipo de injusticia. Es un Dios ausente que no interviene  y que, indirectamente favorece la corrupción, la impunidad. Por lo tanto, los necios  han convertido la sociedad en un inmenso banquete en el que los poderosos, por medio de la corrupción y de la impunidad devoran la vida de los pobres.
El Salmo 14, en su denuncia profética, hace un retrato de nuestra sociedad el día de hoy: personas despedidas injustamente de su trabajo, aumento de la violencia, aumento de la brecha entre pobres y ricos por nuestro sistema económico, perdidas de valores morales, crecimiento de la corrupción de los gobernantes, etc. Parece ser que aunque la religión dominante y el crecimiento de grupos religiosos  profesan creer un Dios nuestro país vive sin Dios y si se vive sin Dios no se puede hacer lo bueno. 
Sin embargo este salmo nos invita a ver que  la necedad (No hay Dios) no es el punto final de la historia pues Dios esta actuando. El inclina su rostro en busca de quien haga el bien. El esta con los justos, que son pocos. Aunque se burlen de los planes de los pobres, ellos encuentran refugio en el Señor. Es decir, Dios esta en el bando de los que sufren injusticia.  Y Dios mismo es el que cambia la suerte del pueblo, cambia la tristeza al gozo pues él cumple sus promesas.
A veces nos cuesta concluir de esta manera cuando observamos lo que sucede en nuestra sociedad. Nos unimos a los necios y expresamos también la inexistencia de Dios. Nos cuesta decir, nos cuesta denunciar.  Nos cuesta predicar que cuando el mundo deje de decir que no hay Dios entonces podrá obrar bien.

Abuso de poder

¿Cómo sucede el abuso de poder? La Biblia nos relata un evento de la historia de David que nos servirá de modelo para señalar las características de aquel que esta en el poder y abusa de su autoridad.  El relato esta en 2 Samuel 11:1-15.
1. El que abusa de su poder es porque ha perdido el amor (si es que la tuvo) a la importancia de su trabajo y por la tanto deja que sus trabajadores se encarguen de ello y el está ausente. El trabajo que había en el reino era cuidar la frontera del enemigo  y causarles daño llegando hasta sus mismas ciudades disminuyendo su ejército. Esta tarea tenía que ser liderada por el mismo rey. Sin embargo David decidió librarse de esa tarea para ocuparse de…  Y en sus ocupaciones alejadas de lo que debía hacer tiene una relación ilícita con una mujer.
2. El que abusa de su poder solo se dedica, utilizando su poder, a “tapar el sol con un dedo” de aquellas acciones que hizo y que afectarán su posición. La mujer de Urías quedo embarazada y David buscó la manera de que el embarazo de Betsabé pareciera un embarazo legítimo, que provenga de la unión de ella con su esposo. Busco la manera de que Urías fuera a su casa y se acostara con su mujer.
3. El que abusa de su poder traiciona la causa y busca un “chivo expiatorio”. David al no poder tapar el sol con un dedo buscó que uno de sus soldados, Urías, esposo de Betsabe muriera en una batalla para que así el pudiera tomar como esposa a Betsabé y así el que venía en camino fuera algo legítimo.

lunes, 20 de julio de 2015

Interrupciones (Marcos 6:30-34, 53-56)

No soy partidario de la violencia física para educar a los niños. Sin embargo a veces la tentación de educar a mis hijos a través del golpe, del dolor llega a mi mente cuando no entiendo la conducta que interrumpe el ambiente pacifico que se quiere lograr en casa. Un ejemplo de esto es que hace poco pensamos que ya habíamos logrado llevar al más pequeño a un paso más en su crecimiento, en su madurez, y todo lo que se les ocurra. Debido a que los biberones se rompieron entonces los líquidos  que tomaba, especialmente la leche, empezamos a proporcionarle ello en un vaso especial para niños que dejaron la mamila. Todo ocurría con normalidad. Incluso lo comentaba orgulloso con algunas personas ya que pues en mi misión de ser un buen padre ya tenía un acierto más.  Sin embargo, como todo padre que esta al pendiente de sus hijos, noté que empezaron a aumentar los berrinches a  tal grado que podía pasar minutos llorando, enojado, etc, y al parecer no había mas solución que el castigo corporal. Pero nos dimos cuenta que el no estaba listo para el cambio de mamila a vaso. Se le volvió a ofrecer biberón y asunto resuelto. 
                Mientras el pequeño hacía berrinche, sus 30 minutos de expresión, la agenda que tenía del día era interrumpida. Algunas cosas tenía que dejar de hacer para calmar al niño berrinchudo. Sin embargo no significa que el dejar de hacer algunas cosas no estaba cumpliendo con lo que tenía que hacer. En realidad estaba cumpliendo como padre. Y es porque esas interrupciones de nuestros planes, de nuestra agenda, es la que de verdad nos lleva a efectuar nuestro trabajo de manera más eficaz.  La interrupción del pequeño era para indicarme lo que en realidad debía hacer.
                En el relato de Marcos 6:30-54, 53-56 observamos que los planes de Jesús y sus discípulos eran ir a un lugar apartado para descansar y comer. Tomar un respiro del trabajo del reino de Dios.  Sin embargo las personas con necesidad le seguían. ¡Al parecer no se podía descansar! Sin embargo, la interrupción que ocurría al descanso de Jesús y sus discípulos no molestaban a Jesús. Sino que movían su corazón para detenerse con ellos. Marcos 6:34 dice: “y tuvo compasión de ellos porque eran ovejas que no tenían pastor”.
                A veces nos molestamos porque vamos caminando rumbo al banco para cobrar el cheque con nuestros pensamientos de  en que vamos a gastar nuestro salario y somos interrumpidos, una y otra vez de personas que no tienen un trabajo como nosotros y extienden su mano pidiéndonos limosna.  Somos interrumpidos por aquellos que tienen necesidad. Un borracho dormido en una esquina, un niño preguntándote si te lustra los zapatos por 5 pesos, observas a una mujer frente a ti  que esta denigrando su dignidad trabajando como prostituta, un ladrón pasa corriendo para que no lo atrapen, un vendedor ruega porque le compres su producto ya que no ha logrado vender nada, una persona como una de sus extremidades amputadas te pide limosna.
                Y en nuestra semana nuestros planes son interrumpidos: un amigo se enfermo, el papa de un compañero de trabajo falleció, tu vecino lo han corrido de su trabajo y no le dieron liquidación y están desesperados porque no ha conseguido trabajo, te llaman por teléfono pidiendo oración por una familia que esta pasando crisis…
                Si eres seguidor de Cristo y crees que la vida que tienes consiste en una misión, la misión de Cristo, no cabe duda que al encontrarte con estas interrupciones tu corazón se llenará de compasión y empezarás a pensar y hacer algo. Por que nuestra labor como cristianos no solo consiste en “adorar” sino también en ir, en testificar, hacer.  
                Si eres seguidor de Cristo pero crees que la vida consiste nada mas en adorar y vivir solo para darle un futuro a tus hijos (bienes, educación, etc). Pasarás por alto las interrupciones.
                A veces estamos enfrascados en otras tareas como iglesia, y somos como aquellos que se encontraron con un hombre tirado en el camino, herido por los golpes de los ladrones y no nos detenemos porque según estamos en otros asuntos que tienen que ver con Dios. No somos como el samaritano que cambio sus planes por atender al que encontró en el camino.

                Haz caso a las interrupciones que aparecen a diario. Esas son las que dirigirán tu camino en  tu decisión ser como Cristo, de ser cristiano. 

jueves, 16 de julio de 2015

Lo que debemos recordar cuando nuestra actitud es de presunción (2 Samuel 7:1-14)

La vida misma nos puede colocar (puede ser también el plan de Dios) en situaciones donde tengamos poder alguno. Ser líder de cierto grupo de personas. Lograr por nuestras cualidades particulares algún beneficio para los demás otorgándonos cierto prestigio y posición social. La profesión que desempeñemos nos lleva a cierto grado de comodidad económica  que nos permite convertirnos en benefactores.
En todas estas situaciones, y algunas otras mas, frecuentemente corremos el peligro de asumir una actitud de presunción. Es decir, sin que alguien pregunté el asunto histórico de quien realizó tal acción viene de nuestras labios la respuesta señalándonos a nosotros mismos como los autores de tales hechos.  "Yo fui quien empezó con la idea...", "Yo fui quien patrocinó el recurso..." "Yo fui quien organizo a tales personas...". 
La historia de 2 Samuel 7:1-14a narra como fue que Dios evitó el plan de David que podría convertirse en un acto de presunción (litúrgico). "Yo fui quien con quien con toda la riqueza del reino le construí una morada a Dios".
El relato inicia señalando la paz que había en el reino de David y la reflexión de David al ver que el estaba en un palacio y la presencia de Dios simbolizada por el "arca" estaba en una tienda de campaña. La intención de David era construirle una casa a Dios. Al parecer David había olvidado las características del Dios que ya tenía tiempo le había estado acompañando.
Natán, el profeta, es enviado por Dios para recordarle a David la historia. La historia de la libertad y del peregrinaje donde Dios estuvo presente. La historia del mismo David donde fue Dios quien lo llevó hasta el lugar donde estaba. La historia futura donde el que hará que su descendencia permanezca es la voluntad de Dios.  Y si va a construirse un lugar para el "arca", Dios mismo será el que decida quien y cuando. 
Cada acto dentro de la iglesia misma, cuando olvidamos a Dios como el origen y el sustento, se convierte en un acto de presunción. "Ministre muy bien la congregación tanto que hasta la presencia de Dios se sintió tan real"; "Yo le di la idea al pastor de como evangelizar por eso esta llegando personas nuevas a nuestra congregación"; "Yo empecé a diezmar y a ofrendar mas de lo que se requiere por eso hay recursos en la iglesia; "Yo.......".
La presunción llega cuando olvidamos nuestro pasado: "era ciego y ahora veo"; nuestro presente: "por la gracia de Dios soy lo que soy"; nuestro futuro: " He aquí yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo".  Y como dice la canción de Marcos Vidal: "y si alguna vez me alzase con soberbia y pretensión intentando ser yo mismo el autor hazme ver tu cuerpo herido y avergüénzame Señor".




presunción

s. f.
1   Vanidad u orgullo que muestra una persona que presume y alardea de sí misma y de sus propias cualidades.

domingo, 12 de julio de 2015

Citas bíblicas para esta semana

Citas bíblicas para esta semana

2 Samuel 7:1-14
Salmos 89:20-37
Efesios 2:11-22
Marcos 6:30-34, 53-56

Espera las Reflexiones en texto y en video.

Piedra en el Zapato, la Misión de la Iglesia


Uno de los aspectos de la vida de la iglesia es  el llamado a compartir el evangelio. El cristiano se caracteriza porque habla a otros de la fe en que cree e invita a sus oyentes a creer también.  Y si somos llamados a ello ¿estamos realmente haciendo el trabajo? Y si lo hacemos ¿realmente tiene las características adecuadas?.
            El acontecimiento de la muerte de Juan el Bautista relatado en Marcos 6:14-29 nos invita a reflexionar sobre estas preguntas.
Juan el Bautista fallece de forma violenta. Una mujer que le incomoda la vida y el mensaje de Juan encontró la manera perfecta de deshacerse de él. La muerte de Juan parece también un ritual donde la burla y lo siniestro ocurren al exhibirse su cabeza en una charola como parte del festín a devorarse en la fiesta que los que gobiernan y la clase alta celebraban por motivo de un cumpleaños.
            Juan tenía su sentencia de muerte porque realmente incomodó, así como una piedra en el zapato, el idilio político -amoroso de Herodías y Herodes al señalarles que era una relación ilícita.
            ¿Podrá ser esta característica, ser como piedra en el zapato,  del ministerio de Juan el Bautista la manera en que se debe comportar la iglesia ante aquellos que hacen cosas ilícitas? ¿El compartir las buenas nuevas significa confrontar? Y si confrontar es parte de nuestro ministerio ¿qué es lo que tenemos que tener en mente para hacerlo?
            Hoy en día una de las leyes que se están aprobando en diversos países es el permiso de que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio civil. La iglesia levantó su voz y en muchos lugares no solo señalaron el desacuerdo porque viola las leyes de Dios sino que marcharon mostrando al mundo su desacuerdo. Cosa curiosa es esto porque cuando el gobierno aprueba otras leyes que fomentan la división social, el aumento de la pobreza y la desigualdad la iglesia misma ha señalado que “todo gobierno está puesto por Dios y no hay que criticarlo, sino que orar por ellos”.
            Juan el Bautista no lo detuvo nada para señalar la acción ilícita. No tuvo temor de enfrentarse al rey. El rey podía mandarlo a callar. Quitarle la vida. Sin embargo Juan el Bautista sabía que El que le había enviado era más poderoso que Herodes.
            Y esto es lo que tenemos que creer, albergar en nuestro corazón y en nuestra mente, para poder confrontar, señalar aquellas acciones ilícitas.  Es muy fácil confrontar a aquellos que no pueden quitarnos cosa alguna; pero señalar a aquel o aquellos que tienen el poder para hacernos callar de forma violenta es algo que se piensa dos veces. Tal predicador dijo que “debemos estar agradecidos con el gobierno que nos permite la libre expresión; que nos brinda espacios para predicar libremente en los lugares que queramos; que nos dejemos de andar como todos los demás de andar viendo sus errores y nos unamos a ellos en la lucha por un mejor …..” Si pensamos así sería como guiñarles el ojo a nuestros líderes gubernamentales y decirles gracias por el espacio sigan con su inmoralidad.  Pero esta clase de pensamiento no va con Juan el Bautista.  Juan no le debía nada a Herodes. La iglesia no le debe nada al gobierno. Ni le debe la libertad de culto.
            Para poder confrontar, ser esa piedra en el zapato, también debemos saber que un solo destino nos espera. Y es el mismo que pasó Juan el Bautista y este es: la muerte. Morir violentamente.
            Ese aspecto no se menciona en los cursos de discipulado, ni en las conferencias de liderazgo e iglecrecimiento. El resultado que se espera de la predicación del evangelio es iglesias numerosas, cultos con grandes cantidades de personas. Éxito cuantitativo, cualitativo, económico, etc. Pero la muerte en ninguna manera aparece en la mente. No aparecen en los propósitos y visión de las congregaciones. Sin embargo Juan el Bautista nos recuerda que la muerte violenta está dentro de los resultados al cumplir la misión por la que fuimos enviados por Dios.