Cuando era pequeño recuerdo que a muchos primos le gustaba ir a la casa del tío Jorge. Tenía otros tías y tíos, pero a la que más concurríamos era a esa. No recuerdo los motivos exactos, supongo porque mi Jorge tenía muchos hijos e íbamos a jugar con ellos. Aunque la otra casa favorita que teníamos era la de mis abuelos materno. Cada rincón de la casa y cada metro del patio fue el lugar para jugar hasta donde la creatividad llegará. El máximo lugar favorito era la mesa de la cocina donde la abuela con mucho amor nos preparaba una taza de café con leche y galletas "marías". Y sin duda más que la construcción o el lugar donde se encontraba lo que nos gustaba era que, aunque no vivíamos ahí, esa casa era como nuestra. Teníamos acceso a ella las 24 horas del día, era nuestro segundo hogar. Había amor y protección, y podíamos quejarnos de nuestros respectivos padres incluso con ellos.
El pasaje a reflexionar nos narra la dedicación de una casa, una casa para Dios. Salomón expresa una oración donde se refleja la esencia y el propósito de esa casa.
Salomón sabía que un lugar no puede contener al gran Dios, sin embargo el ora para que Dios siempre decida atender y ver a aquellos que llegaran en oración a buscarle. Esa casa no se limitaba al pueblo de Israel, sino también era para el extranjero que acudiera a buscar a Dios en ese lugar.
Jesús expresa, dando a entender, que no solo en el templo está la presencia de Dios, sino también donde dos o tres se congregan en su hombre ahí está el. Dios está, donde está el creyente, en su casa, en su trabajo, en un medio de transporte. Dios esta donde la congregación se reúne, la congregación misma es el templo donde se puede acudir.
¿Para qué va a estar Dios en algún lugar ya sea en el templo o donde estén los creyentes? Reelaborando la pregunta: ¿Para qué necesitamos que Dios esté aquí y donde sea que nosotros, los creyentes, vayamos? Salomón tienen un deseo de la presencia de Dios y lo expresa en su oración. El pide lo que nosotros queremos de Dios. El pide que Dios nos escuche cuando le supliquemos y que nos perdone. El pide que cuando tengamos problemas con nuestro prójimo Dios sea el Juez Justo. El pide que cuando pequemos y suframos con la consecuencia de nuestro pecado Dios nos perdone y nos restaure. El pide que cuando haya escasez Dios nos de la bendición. El pide que aquel que quiera conocer de Dios le pueda encontrar.
A veces desconocemos lo que Dios puede hacer. Imaginemos que en una empresa, o lugar de trabajo, hay por lo menos dos cristianos. Ellos, aunque no realicen culto y están haciendo otras labores, ellos realmente están ahí en el nombre de Dios. Ahí está Dios. Ahí está el templo. Ahí con ellos, a través de ellos el que busque a Dios, cualquiera que sea su tipo de búsqueda, Dios mismo le saldrá al encuentro.
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