martes, 1 de abril de 2014

Sed

        Mi hijo disfrutó al máximo de una de las tradiciones Oaxaqueñas que celebramos cada año. Probó de distintas aguas y sabores que las personas con motivo del día de la samaritana regalaron.
       De orchata, de jamaica, de chilacayota, de sandía, tejate, etc son los sabores que Chris disfruto hasta que le doliera el estomago. Yo no pude probar tantos sabores.
      Y justo ese día fue muy caluroso, tan caluroso que en el día que podías conseguir mas agua, mas sed hubo. Y en mi caso mi sed no era saciada.
      El encuentro de Jesús con la mujer samaritana nos muestra un claro ejemplo de lo que llamaré sed no saciada. La situación al descubierto por Jesús era el vacío emocional que había vivido esa mujer. Había tenido cinco maridos y el que ahora tiene ni su marido es. No cabe duda que esta mujer había vivido cada decepción en su vida. Cada ilusión y desilusión. Había encontrado el amor de su vida y resulta que se había equivocado. Cinco compromisos serios. Y ahora. ¿será que tenia que tener un compromiso publico?  
      Al parecer saciamos nuestra sed con encontrar el amor de una pareja y luego aparecen los conflictos. Saciamos nuestra sed en encontrar el trabajo perfecto  y luego aparecen las ventas bajas. Saciamos nuestra sed incluso en algún ministerio y nos cansamos ante las pruebas que aparece. Parece ser que nada puede saciar nuestra sed.  
      En la historia de la samaritana Jesús ofrece el "agua" que si es bebida no se volverá tener sed jamás.  Y es la oferta oportuna que ella recibe en un día acalorado, ahí junto a un pozo, con el cansancio de caminar y llevar a cuestas el cántaro para saciar su sed. La oferta del agua que saciara su sed porque desde su interior habrá un manantial  del que brotará a vida eterna. 
      La mujer samaritana en su dialogo se fue dando cuenta de que su sospecha era real. Jesús le dice que el es el Mesías que estaban esperando. Dejo a un lado el cántaro que saciaba su sed temporal y fue a decir que había hallado a alguien que sabia todo lo que había hecho.   
      Sin duda el agua es una metáfora para señalar que así como nuestro cuerpo busca el agua para saciarse, así buscamos en nuestra vida saciarnos para luego quedar sedientos una vez mas. Pero si Jesús ofrece un agua diferente que es el mismo  y no tendremos sed jamas, ¿por que no saciar nuestra sed en él? ¿Porque no conversar con el? ¿Por qué no convertirlo en nuestro Mesías? ¿Por qué no dejar todo y estar con él?  
Porque en nuestros conflictos humanos hemos probado una y otra alternativa y quedamos igual o mas sendientos, ¿Porque no "beber de él y ser saciados? 

     

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