miércoles, 30 de abril de 2014

Señor y Mesías

"Por tanto, sepanlo bien  todo Israel que a esté Jesús, a quienes ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías ". Hechos 2:36

     El primer sermón registrado en la Biblia, que no sea de los labios de Jesús, y que tuvo una conversión en masa, no tuvo un contenido de algo así que llamamos "superación personal" que adornen los oídos y generen las catarsis emocionales incontrolables.  El contenido del sermón es anunciar a Jesús como Señor y Mesías.
    Los términos de Señor y Mesías indican un gobierno, una autoridad, un salvador para la humanidad.

   Es muy curioso que  el tema no haya sido sobre como pedirle a Dios sin dudar, o como recibir el milagro que tanto esperas,  Es curioso que el primer sermón no haya estando entre la linea moderna.  No adorno los oídos de los oyentes.  Sino que trato directo al meollo del mal de la humanidad. Pero no en el sentido de condena sino en el sentido de esperanza. El Señor y Mesías es Jesús.  Porque la humanidad en todos sus ámbitos, político, económico, en las sociedades que construyen y en el tipo de fe que realizan, ahí, la humanidad, necesita un Salvador, necesita al Mesías que es Jesús. Necesita un Señor que es Jesús.

Esto nos lleva a examinar en nuestra vida si realmente Jesús es nuestro Señor y Salvador. También nos lleva a examinar si compartimos nuestra fe predicando "una fe moderna y prospera", o lo que el mundo necesita, lo que nuestros familiares y vecinos necesitan: "Un Señor y Mesías Salvador".
   




lunes, 28 de abril de 2014

Siendo parte de la historia.

Hechos 2:20-21 “El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que llegue el día del Séñor, día grande y esplendoroso. Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”.


             Hace poco tuvimos una "luna de sangre", fue anunciada  con mucha expectación por un gran numero de cristianos y vista por un gran numero por el hecho de ser testigos que según la euforia del momento anuncia "el período de la tribulación". 
              Pero aquí en Hechos 2:14-21 encontramos a Pedro anunciando que la profecía de Joel, que incluye "el sol y la luna" es cumplida en ese momento. El evento histórico que sucedió fue lo que llaman muchos teólogos la inauguración del tiempo del Espíritu Santo.  El Espíritu Santo vino sobre lo que estaban en un aposento alto y ellos comenzaron a hablar en diferentes idiomas. Las maravillas de Dios se estaban anunciando en diferentes idiomas.  Y ante el desconcierto de muchos Pedro expone que este sucedo es el cumplimiento de la profecía de Joel.  
              Los que les gusta lo fantasioso no les parecerá lógico lo que leen, puesto que todas las señales de Joel no parecen suceder en el pentecostés. Pero aquí aprendemos una gran lección. La importancia de la profecía no es el lenguaje simbólico con el que es adornado y expresado, sino la gran verdad que se espera que suceda: "el derramamiento del Espíritu Santo".   
              Así que si esperamos que la profecía de Joel se cumpla en los postreros tiempos estamos errados y nos perderemos de participar de un evento histórico mas importante.  Claro, preferimos participar de eventos de naturaleza fantasiosa, nos desvelamos esperando ver una Luna. Pero el evento histórico del que Dios quiere que participemos lo dejamos a un lado y participar en anunciar las maravillas de Dios a toda lengua,a toda nación lo consideramos un evento histórico ajeno a nuestra vida.  Es mas, es poco interesante ante nuestra menta que fantasea en los pronosticos, en estar viendo y buscando señales en el cielo.  
             Podemos ser parte de este gran evento histórico, el del pentecostés, no con nuestro telescopio en mano, sino con nuestro corazón deseoso de ser lleno del Espíritu Santo para anunciar las maravillas de Dios

        



martes, 1 de abril de 2014

Sed

        Mi hijo disfrutó al máximo de una de las tradiciones Oaxaqueñas que celebramos cada año. Probó de distintas aguas y sabores que las personas con motivo del día de la samaritana regalaron.
       De orchata, de jamaica, de chilacayota, de sandía, tejate, etc son los sabores que Chris disfruto hasta que le doliera el estomago. Yo no pude probar tantos sabores.
      Y justo ese día fue muy caluroso, tan caluroso que en el día que podías conseguir mas agua, mas sed hubo. Y en mi caso mi sed no era saciada.
      El encuentro de Jesús con la mujer samaritana nos muestra un claro ejemplo de lo que llamaré sed no saciada. La situación al descubierto por Jesús era el vacío emocional que había vivido esa mujer. Había tenido cinco maridos y el que ahora tiene ni su marido es. No cabe duda que esta mujer había vivido cada decepción en su vida. Cada ilusión y desilusión. Había encontrado el amor de su vida y resulta que se había equivocado. Cinco compromisos serios. Y ahora. ¿será que tenia que tener un compromiso publico?  
      Al parecer saciamos nuestra sed con encontrar el amor de una pareja y luego aparecen los conflictos. Saciamos nuestra sed en encontrar el trabajo perfecto  y luego aparecen las ventas bajas. Saciamos nuestra sed incluso en algún ministerio y nos cansamos ante las pruebas que aparece. Parece ser que nada puede saciar nuestra sed.  
      En la historia de la samaritana Jesús ofrece el "agua" que si es bebida no se volverá tener sed jamás.  Y es la oferta oportuna que ella recibe en un día acalorado, ahí junto a un pozo, con el cansancio de caminar y llevar a cuestas el cántaro para saciar su sed. La oferta del agua que saciara su sed porque desde su interior habrá un manantial  del que brotará a vida eterna. 
      La mujer samaritana en su dialogo se fue dando cuenta de que su sospecha era real. Jesús le dice que el es el Mesías que estaban esperando. Dejo a un lado el cántaro que saciaba su sed temporal y fue a decir que había hallado a alguien que sabia todo lo que había hecho.   
      Sin duda el agua es una metáfora para señalar que así como nuestro cuerpo busca el agua para saciarse, así buscamos en nuestra vida saciarnos para luego quedar sedientos una vez mas. Pero si Jesús ofrece un agua diferente que es el mismo  y no tendremos sed jamas, ¿por que no saciar nuestra sed en él? ¿Porque no conversar con el? ¿Por qué no convertirlo en nuestro Mesías? ¿Por qué no dejar todo y estar con él?  
Porque en nuestros conflictos humanos hemos probado una y otra alternativa y quedamos igual o mas sendientos, ¿Porque no "beber de él y ser saciados?