jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Sabios? (Santiago 1:13-4:3,6-8)


1. En todos nosotros está la característica humana de crecer y adquirir sabiduría o lo que llamamos madurez. Aprendemos habilidades y nos desempeñamos en ellas demasiado bien que nos convertimos en expertos. Recomendamos a nuestros amigos al que creemos es el mejor albañil, o el mejor electricista. Contratamos al que brindé un buen servicio. Confiamos en aquel que muestre que tiene experiencia.  Así mismo también adquirimos la buena habilidad para dirigir nuestra vida tal y como nos parezca adecuado.
2. ¡Yo sé cómo dirigir mi vida! ¿Cuándo mencionamos esto? Usualmente lo decimos, o lo insinuamos, o lo pensamos, si no somos tan valientes para expresarlo, cuando sentimos que alguien, o un grupo de personas, están señalando que las decisiones que estamos realizando, al punto de vista de ellos, no son las correctas. ¡Yo sé cómo me  visto! ¡Yo sé muy bien a quienes estoy escogiendo como amigos! ¡Yo sé cómo educar a mis hijos! ¡No necesito que me digas que tengo que ir a la iglesia, yo sé lo que hago!  Tenemos en cierta manera, la creencia de que sabemos lo que estamos haciendo. Es decir que tenemos el conocimiento y la madurez para desarrollar nuestra vida así como la estamos llevando a cabo.
3. La prueba de ello, de que sabemos dirigir nuestra vida, de que somos sabios y entendidos es que tenemos un matrimonio “estable”.  Y eso habla de que sabemos cómo hacer las paces cuando hay un mal entendido.  Sabemos comprendernos. Sabemos cuidarnos. También  la prueba de que sabemos dirigir nuestra vida es que los hijos estén tomando muy en serio la escuela y no hayan elegido abandonarla. La comunicación con nuestros hijos es perfecta de tal manera que hemos logrado que ellos sigan nuestros consejos.
4. Otra característica para señalar que estamos dirigiendo bien nuestra vida es adquiriendo bienes materiales. Y esto sucede porque logramos tener un buen trabajo o el negocio que emprendimos está funcionando bien y todo ello reditúa en tener la capacidad económica de comprar.
5. Por lo tanto aquel que tiene un matrimonio inestable, aquel que perdió el control de sus hijos, aquel que pasan los años y sigue rentando parece ser que no sabe dirigir su vida. Eso es lo que pensamos en nuestra “sabia” opinión.
6. La Biblia menciona algunas características más que podremos añadir a nuestra evaluación sobre la sabiduría que hemos adquirido (Santiago 3:13- 4:3; 6-8). La Biblia dice que no es sabio, no es entendido aquel que tiene envidia amarga y rivalidad en el corazón. Porqué el que tiene esto (envidia) también tiene confusión y hace toda clase de acciones malvadas. En cambio aquel que es sabio, el que tiene sabiduría del cielo mismo, es una persona que está en paz.
7. Uno de mis tíos (espero no lea esta reflexión) es una persona que es respetada en la pequeña comunidad donde vive. Mi abuelo le compró una propiedad para que construyera su casa como regalo de bodas (hace muchos, muchos años). La propiedad es muy grande. El construyó su casa y fué uno de los primeros en tener una tienda como ingreso extra además de las cosechas de la parcela que su padre le heredó. Fué también el primero en tener una caseta telefónica (por eso se hizo famoso, todo mundo acudía a su casa para hacer llamadas y recibir llamadas). Su matrimonio es estable. Sus hijos lograron casarse y darle nietos. Y en cuanto a la fe, es uno de los que predica en su congregación.  Sin embargo, es con el que menos quieren hablar sus hermanos y hermanas. Es el que cree que tienen la decisión correcta en su consejo y busca influenciar, poner un hermano contra otro, para así ellos actúen bajo el criterio de él. Y no descansa hasta lograrlo.
8. Sería prudente entonces cuestionarnos a nosotros mismos. Ir al corazón mismo de nuestra voluntad y hacer conciencia si en nuestra gran sabiduría nuestro corazón está lleno de envidia y de rivalidad. Y si es así la Biblia dice que lo que tenemos que hacer es acercarnos a Dios y él se acercará a nosotros. El da gracia a los humildes.
 ALGUNAS PREGUNTAS MAS

¿Por qué personas inteligentes hacen cosas tontas? ¿Por qué personas que sobresalen en inteligencia, personas listas, educadas hace cosas tales como…
ser un fumador compulsivo y morir a la larga de cáncer…
ser un trabajador compulsivo y morir de un ataque al corazón.
ser una bebedor compulsivo de tal manera que su matrimonio es destruido..
ser un diabético que no deja de consumir mucha azúcar,
permitir malos hábitos que lo arruinan.
permitir sentimientos tristes en el que lo hacen amargado.?

¿Por qué, aunque somos tan listos, somos capaces de destruirnos a nosotros mismos? ,¿Cómo puede pasar esto y demás cosas?

Santiago nos dice que es porque seguimos nuestras propias pasiones, nuestras propias ambiciones y nuestras propios hábitos no saludables.  (Santiago 4:1-3).

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